Ir
Un operador sanitario del Ministerio de Salud pasea por una calle de la colonia San Ignacio, zona 7 de Mixco, el sábado 16, durante la realización de pruebas a tenderos de la zona. Luís Vargas

Pruebas: las cifras de la Presidencia y Salud no cuadran, y nadie responde a cuántas personas se ha testeado

Tipo de Nota: 
Información

Pruebas: las cifras de la Presidencia y Salud no cuadran, y nadie responde a cuántas personas se ha testeado

Texto
Infografía: Dénnys Mejía
Historia completa Temas clave

Aunque nunca lo comunicó abiertamente, la política del Gobierno de Guatemala para el uso de las pruebas de COVID19 buscó rastrear a todos los infectados, ponerlos en cuarentena, y asegurar que salieran libres del virus para evitar nuevos contagios. En la nueva fase de contagio comunitario, deberían multiplicarlas pues el rastro del virus se perdió. Sin embargo, seguimos sin siquiera saber cuántas pruebas tiene el Gobierno ni tener claridad sobre la estrategia de contención del virus.

Hace un mes y medio, el presidente Giammattei dio pistas sobre la política de aplicación de pruebas para COVID19. En la noche del lunes 06 de abril en Guatemala dijo que no era conveniente realizar pruebas masivas. “Ni es posible, ni es conveniente”, indicó. “Hoy me pueden hacer las pruebas y salgo negativo, pero mañana, si no me cuido, estaré infectado”, aseguró Giammattei. “La masificación de las pruebas se debe de entender cómo llegarles a aquellas personas que tuvieron contacto con las contagiadas”, puntualizó.

A diferencia de otros países, donde las autoridades explican a detalle cómo están atendiendo la expansión del virus, el Ejecutivo se limitó a esta comunicación aislada para explicar su política de registro del COVID19. Aparte de eso, apenas dejan un registro diario de la cantidad de pruebas que hacen, anunciando de una manera confusa las que ya están concluidas con las que están en proceso.  

Descubriendo la política del gobierno

A partir de la poca información provista por el Gobierno en declaraciones dispersas, se deduce que ha aplicado la lógica de seguirle el rastro al contagio, en sintonía con las recomendaciones hechas por la Organización Mundial para Salud (OMS) para las fases que denominaron de “casos esporádicos, o de clúster”, que son previos a la llamada transmisión comunitaria.

Según explica OMS, la política de aplicación de pruebas en estas fases tiene un propósito: detener y prevenir la transmisión del virus. Para ello sugirió lo siguiente:

  • Hacer pruebas a todos los individuos en contacto con positivos.
  • Aislar a los positivos, con especial atención en personas con mala salud y mayores de sesenta años.
  • Crear instalaciones para aislar a quienes tengan síntomas leves o incluso, permitirles la cuarentena en casa, cuidando medidas de distanciamiento.
  • Poner en cuarentena durante 14 días a quienes tuvieron contacto con un contagiado.
  • Hacer una segunda prueba 14 días después a la primera. Si es negativa, deben ser sometidos a una tercera prueba, 24 horas después de la anterior.
  • Con la segunda prueba negativa, la persona podrá salir de la cuarentena.  

El Gobierno de Guatemala parece seguir esos protocolos, según han insinuado el presidente Giammattei y el ministro de Salud, Hugo Monroy.

Lo ha ratificado también un médico del Hospital de Villanueva, solo que con una pequeña y significativa diferencia: las pruebas no se realizan en los tiempos sugeridos.

El siguiente gráfico expone lo relatado por el médico.

Como se observa, todos los posibles casos son sometidos a tres o cuatro pruebas para determinar si hubo contagio y recuperación. En caso de que las tres pruebas sean negativas, la cuarentena durará alrededor de 15 días. Y en caso de que sea positivo, se estará en aislamiento como mínimo 35 días.

Esto podría explicar la saturación de los hospitales, y la necesidad de ampliar los laboratorios, como lo exigían los médicos del Hospital Temporal del Parque de la Industria en la protesta que realizaron hace una semana.

La diputada Lesly Valenzuela, que coordina los esfuerzos de la bancada UNE sobre COVID19, coincide con los médicos. Para ella, la situación responde al enfoque clínico y no preventivo con que el Ejecutivo atiende el coronavirus: esperan que las personas entren en crisis para hacerles la prueba. Indicó como ejemplo que en San Marcos hay 12,000 personas en cuarentena, y sólo han hecho pruebas a 200. Además, hospitalizan a todos siendo el riesgo de la saturación que “un caso leve le pueda quitar cama a uno grave”. También advirtió que el Laboratorio Nacional de Salud no tiene capacidad para procesar todas las pruebas que se están realizando, pues hay mucha en cola, y las personas están esperando por semanas el resultado de sus exámenes.

[relacionadapzp1]

Dejando de lado los problemas de saturación, Kevin Folgar, médico epidemiólogo, indicó que la política sería correcta pues busca detectar la mayor cantidad de positivos posibles. “Es mejor asegurar que nadie lo tenga, y no sólo detectar a algunos que lo tengan”. El reto, sin embargo, tiene que ver con pasar a hacer más pruebas, en particular, cuando se pierda el rastro del contagio.

Lo que no se informa y debe saberse al entrar a la fase de mitigación

A pesar de salir todos los días en cadena nacional, hay dos datos fundamentales que no se han comunicado: cuántas pruebas tiene el gobierno, y a cuánta gente se las han pasado.

Incluso para el número de pruebas practicadas, cada quien maneja una cuenta diferente. El lunes 18 de mayo el presidente Giammattei informó que ya han realizado más de 22,103 pruebas. En tanto, la vocera del Ministerio de Salud, Ana Gudiel, informó que al día jueves 14 se habían realizado un total de 13,445 pruebas, sólo que comenzando del 17 de febrero a la fecha. Pero si sumamos las pruebas reportadas los días viernes, sábado, domingo y lunes (5,147 en total), sólo sumaría 18,592. Los números no casan.

Según Jorge Benavides, de Fundesa (que donó más de 6,000 pruebas al ejecutivo), entre el 20 de abril y el 17 de mayo se han realizado 19,545 pruebas. También hay una brecha con lo que el presidente reportaba en esas fechas.

Pero que con independencia de la cantidad de pruebas que se publiciten, lo que no sabemos es si se refieren a la misma cantidad de personas. Es decir, no se aclara si las pruebas que anuncia el Ejecutivo son a personas nuevas, o si corresponden a las que se sirven para llevar el control y dar de alta a enfermos y personas en cuarentena.

A pesar de que se pidió este dato insistentemente a la vocera del Ministerio de Salud, Ana Gudiel, no se tuvo respuesta. Tampoco aclaró a qué corresponde la segmentación entre pruebas realizadas y pruebas pendientes de procesar, como les llaman cada día en cadena nacional.

¿Qué porcentaje de testeados está dando positivo?

Sin esa información, es imposible calcular el porcentaje de casos que da positivo a las pruebas. Así que probemos con algunos supuestos.

Partamos de que el Gobierno ha hecho 22,103 pruebas, como dijo Giammattei. Si cada una de esas pruebas se refiere a una persona nueva, la tasa de positivos es de 9.2 % de testeados, por debajo del 10% que, según la OMS, indica que hay un registro adecuado de casos. Si en cambio el número dado por Giammattei incluye todas las pruebas que se le han hecho a una misma persona, teniendo en cuenta que estas están entre tres y cuatro para otorgar el alta médica, la tasa de positivos se dispara a entre 27.5 % y 36.8 % de las pruebas.

Cantidad de positivos Cantidad de pruebas por persona Cantidad de personas testeadas % pruebas positivas
2001 1 22,103 9
2001 3 7,368 27
2001 4 5,526 36

El gobierno tampoco ha comunicado con claridad cuántas pruebas posee.

Según la diputada Valenzuela, en la citación que la UNE hizo al ministro Víctor Hugo Monroy, se indicó que sólo disponían de alrededor de 5,000 pruebas, aunque advirtió que habían recibido una donación de 40,000 de la Unión Europea.

Si tomamos como referencia las pruebas realizadas y las que dicen tener en existencias, Guatemala ha tenido un número aproximado de 25,000 pruebas.

Pero no se sabe con certeza, y el Presidente tampoco lo mencionó en la fallida rendición de cuentas del pasado domingo.

Las 50,000 pruebas que Giammattei prometió adquirir en la cadena nacional del viernes 15 son urgentes, porque, según explica el epidemiólogo Folgar, aunque las pruebas no limiten la expansión de la epidemia, sin ellas se restringe la capacidad de medir su crecimiento. Debe aumentarse el número de pruebas al ritmo que se expande la pandemia, a fin de detectar todos los casos lo más pronto posible, explica.

Los datos apuntan a que ha habido ya un cambio de fase. El Gobierno admite que ya se transitó de la contención a la mitigación. Para Folgar, en esta fase deberían comenzar a hacer pruebas aleatorias a posibles asintomáticos en las cercanías de los lugares donde se detectó casos positivos.

Además tener claridad de qué van a hacer con el tiempo que se está ganando (hospitales, principalmente) y cómo se va a reducir el ritmo de contagios a menos de una persona extra por cada infectado (es decir, con un RO inferior a 1), momento en que se consideraría que la epidemia comienza a desaparecer.

 

Autor
Edición
Autor
Edición