Por la mañana se inauguró el Vigésimo Sexto Congreso Médico de Alta Verapaz y Décimo Tercero del Nororiente de Guatemala. Participamos en él médicos, enfermeras y estudiantes de medicina de dichas regiones. Durante la primera conferencia se hizo un recorrido por los tres tipos de medicina que existían entre 1511 y 1609. A saber, la que ya teníamos a la llegada de los ibéricos, la náhuatl, que vino con los nahuas-tlascaltecas que acompañaban a Pedro de Alvarado, y la medicina que unos 60 años después llegó de España, primero a México y luego a Guatemala.
Se hizo un recordatorio de las figuras protagónicas en las prácticas sociales (incluidas las que corresponden a la tarea de curar) que han existido en nuestro territorio. Particularmente se arguyó acerca del trabajo del aj tzité, del aj kunanelab mayab y del aj achik.
De ellos se remembraron las características (contextualizadas a nuestro medio) que reseñaré a continuación.
El aj tzité era y es un interpretador. Es el especialista en la interpretación del tzité, un sistema oracular maya que permite no solo predecir el futuro, sino también modificarlo si así lo desea la persona (a quien se le está interpretando). El aj tzité utiliza un sistema oracular muy complejo, pero, al igual que el aj achik, tiene desarrollada esa capacidad de participar efectivamente en la realidad del paciente y esa otra de incidir en los sentimientos de la persona que le consulta. Diríase que cumplía y cumple una función no tanto adivinatoria como psicológica y de consejería.
El aj kunanelab mayab es el sanador. Puede decirse que es el terapeuta maya que más se acerca a nosotros, los médicos occidentales actuales. Además, el aj kunanelab presenta una cualidad enigmática: de acuerdo con su cosmovisión, posee el don de comunicarse con el mundo inmaterial, el de los espíritus. Pero algo nos queda claro: quien funge como aj kunanelab mayab es una persona buena y no hace daño.
El aj achik es otro interpretador: el de los sueños. Tiene, entre otros menesteres, una función psicológica de escucha y de consejo.
Junto a ellos trabaja el aj kij, el contador de los días, las semanas y los años. No tiene una función meramente curativa, pero sí predictiva en relación con las condiciones de la persona que está siendo tratada. Me refiero al día de su nacimiento y a su nahual, entre otras.
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Degustado ese tablado histórico vernáculo, que nos consumió unas dos horas, pasamos a la contemporaneidad. Revisamos el devenir histórico de la medicina verapacense desde el siglo XX hasta la actualidad y luego se dio paso a conferencias puramente médicas (de la práctica moderna) y muy innovadoras, como la relación entre la inteligencia artificial y la medicina. El congreso duró hasta el sábado 30.
Como si todo el recorrido histórico médico hubiese sido poco, en horas de la tarde del jueves en mención tuvimos la alegría de recibir en nuestro campus San Pedro Claver, S. J., de la Verapaz (URL) a los doctores Christopher Lutz, Wendy Kramer y Héctor Concohá, investigadores del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (Cirma). Nos hicieron una presentación de la obra El español que exploró California: Juan Rodríguez Cabrillo (c. 1497-1543). De Palma del Río a Guatemala y nos compartieron los avances de otra investigación científica histórica relacionada con los pueblos, las parcialidades y la población de Verapaz en la segunda mitad del siglo XVI. La autoría de la primera obra corresponde a la doctora Kramer y la segunda al doctor Concohá. Indudablemente, el doctor Lutz es el director y maestro del grupo.
De mucho interés para la audiencia fue saber acerca de las encomiendas que Álvarez Cabrillo y Sancho de Barahona tuvieron en Cobán no obstante los esfuerzos de Bartolomé de las Casas por impedirlas (pulso que finalmente ganó el fraile De las Casas).
Las ponencias de los doctores Lutz, Kramer y Concohá también nos permitieron aclarar algunos contextos que no teníamos dilucidados en cuanto a nuestra historia verapacense del siglo XVI.
Así, en medio de los vaivenes políticos del momento y de los terribles sucesos que a diario acaecen en Guatemala (verbigracia: fatales accidentes, crímenes, rapiña, etcétera), las actividades reseñadas fueron no solo tiempos y espacios de aprendizaje, sino también remansos de paz para el espíritu.
A quienes estén interesados en saber más acerca del aj tzité, el aj kunanelab mayab, el aj achik y el aj kij les recomiendo el libro El encantamiento de la realidad. Conocimientos mayas en prácticas sociales de la vida cotidiana (2007). El investigador principal es el doctor Sergio Mendizábal. Se puede obtener digitalmente aquí. De suyo, fue una de las fuentes utilizadas para sustentar la primera conferencia del congreso.
Hasta la próxima semana si Dios nos lo permite.
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