Sobre las mesas, libros con letreros de oferta. Se trataba muchas veces de ejemplares que no se vendían mucho (o nada). Recuerdo vagamente las exposiciones de los vendedores de libros usados. Había mesas con libros de autores nacionales —poco pobladas— y otras con los productos externos clásicos o recientes. La escena se repetía año tras año al punto de no despertar el interés.
Hoy, gracias a un esfuerzo enorme de la Asociación Gremial de Editores de Guatemala (AGEG), nos encontramos en plena Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua) en su decimoquinta edición. La quinceañera está hecha una monada.
Revisando el programa, que va del 12 al 22 de julio, la pregunta que viene a la mente no es si conviene ir o no, sino cómo aprovechar al máximo todo lo que estará disponible, pues el menú es tan variado que uno no sabría qué pedir. ¿No lo cree? Revisemos la evidencia.
Además de la AGEG, hay 28 patrocinadores, lo que realmente sorprende y agrada.
La revisión del programa deja opciones para todos los gustos y necesidades, pues se trata de muchos más que libros en una sede central y en tres alternas, con eventos que antes ni siquiera se soñaban. Estamos ante la final de concursos (Interescolar de Lectura y Nacional de Bibliotecas Públicas), la celebración de dos conferencias internacionales y jornadas de promoción de literatura y lectura infantil y juvenil.
Siguiendo el viaje por el programa completo, se encuentran talleres literarios y de francés para niños y jóvenes (Francia es el país invitado este año). Hay eventos y materiales para autores, traductores, editores, impresores, bibliotecarios, artistas visuales, lectores, libreros, educadores y cuentacuentos. Eso es un riquísimo abanico de oportunidades de aprendizaje e intercambio. ¡Y sin tener que comprar libros!
Se aprenderá sobre la producción de libros artísticos artesanales, un novedosa y llamativa variante de la producción literaria, y también sobre e-books o libros digitales.
Se aborda la literatura inspirada o vinculada con el futbol, el ciclismo, la medicina, la fotografía, las matemáticas. Hay actividades de teatro, cine música, dibujo y danza.
En cuanto a aspectos interculturales, se exponen la creación literaria desde los pueblos originarios, desde varios idiomas mayas, y los aportes científicos de los musulmanes al mundo. Y hasta podremos aprender lo básico de la escritura en árabe.
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Conoceremos lo más importante sobre propiedad intelectual para libros comunes y en el entorno digital.
La promoción de bibliotecas comunitarias y de la lectura del público infantil y juvenil es un tema que recibe mucha atención y seguimiento. Se trata de llevar la literatura a quienes no poseen muchos recursos económicos. Quizá hasta encuentre espacios para contribuir al desarrollo del país.
Otra novedad será el análisis de los protagonistas del trascendental año 2015.
Por si todo lo anterior le resultara poco, ¡hasta se presentarán libros!
La Filgua 2018 está dedicada a don Jesús Chico García, fundador de la editorial y librería Artemis Edinter. Sobre él tengo una anécdota para compartir. Tuvo la ingenua osadía (es decir, la quijotesca idea) de vender libros al crédito sin intermediación bancaria. Aún guardo mi tarjeta de cliente impresa en cartulina y emplasticada. La daba a personas que fueran recomendadas por otro socio y sin los modernos requerimientos que comprueben ingresos fijos, sin fiadores y sin las letras pequeñas que hipotecan a las personas con doña justicia y esconden cargos despellejantes. Don Jesús confiaba en que los lectores asiduos eran personas honradas. Ignoro por cuánto tiempo mantuvo ese programa, que fue fundamental para que yo consiguiera completar mi carrera universitaria. ¡Muchas gracias, don Jesús Chico! ¡Espero que no le hayan quedado a deber mucho!
Ya vemos, pues, que la pregunta sobre asistir —o no— sale sobrando. El reto está en cómo aprovechar el fantástico bufé cultural que estará disponible en Fórum Majadas y en sedes alternas.
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