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Según este estudio, una pandemia tiene impactos económicos severos, pero estos pueden ser peores si no se toman medidas de distanciamiento.

EEUU 1918: La pandemia deprimió la economía, las medidas de distanciamiento no

Reaccionar 10 días antes a la llegada de la pandemia a una ciudad, repercutió en un incremento de hasta un 5% de empleo en el período posterior.
La pandemia provoca una caída en la actividad económica, pero las ciudades que implementan INF de forma acelerada, no tienen mayores caídas que las que no las aplican, por el contrario, tienen mejores resultados.
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EEUU 1918: La pandemia deprimió la economía, las medidas de distanciamiento no

Ilustración: Dénnys Mejía
Historia completa Temas clave
  • Este estudio analizó los efectos que tuvo en la economía de EEUU la pandemia de inluenza en 1918.
  • Compara la economía de ciudades que adoptaron medidas preventivas versus las que no las implementaron o lo hicieron tarde.
  • Sus hallazgos demuestran que las ciudades emitieron agresivas y prolongadas medidas de aislamiento social tienen una mejor respuesta económica en el corto y mediano plazo.
  • Reaccionar 10 días antes a la llegada de la pandemia a una ciudad, repercutió en un incremento de hasta un 5% de empleo en el período posterior.

Un estudio realizado por los economistas Emil Verner (MIT), Sergio Correia y Stephan Luck (Reserva Federal de EEUU) analizó el efecto de en la economía de distintas ciudades de EEUU ante la pandemia de influenza de 1918. Sus hallazgos demuestran que las ciudades que emitieron agresivas y prolongadas medidas de aislamiento social tienen una mejor respuesta económica en el corto y mediano plazo, comparadas con las que tuvieron una reacción lenta y flexible. Plaza Pública presenta sus principales hallazgos.

Tras estudiar la relación entre el desempeño de variables económicas y de salud pública en los años que duró la pandemia de Influenza en Estados Unidos (1918-1919) los economistas Verner, Correia y Luck (2020) afirman que las ciudades que más se expusieron al embate de la enfermedad tuvieron un acelerado y persistente declive en su actividad económica. Por el contrario, las ciudades que implementaron medidas de intervención no farmacéutica (INF, o medidas de aislamiento social) con prontitud y de forma agresiva, no sólo tuvieron una menor mortalidad, también mostraron menor decrecimiento económico, que se revirtió de forma acelerada y constante con el fin de la pandemia.

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Buscando responder a preguntas como “¿Cuál es el impacto económico de una pandemia? ¿Qué tan persistente es ese impacto?” Y “¿Cómo la respuesta del sistema de salud, y en especial las intervenciones no farmacéuticas (INF) impactan a economía?” los autores volvieron a 1918 para estudiar los efectos económicos de la epidemia de influencia más larga de los EEUU. Pero también analizaron la respuesta de estados y ciudades para valorar la relación entre la velocidad de reacción y duración de las medidas para mitigar la transmisión del virus, respecto a la economía y la salud humana.  

Entre sus principales hallazgos, muestran una correlación entre la mortalidad por influenza y un menor crecimiento económico. En contraposición señalan que las INF no sólo atenúan la mortalidad, también lo hacen sin impactar tan fuerte en la actividad económica cuando se compara con los efectos que la pandemia tiene en ciudades y Estados que no tomaron decisiones prontas y estrictas.

Efectos económicos de la pandemia

La pandemia de Influenza duró de enero de 1918 a diciembre de 1920. Se estima que 500 millones de personas -un tercio de la población mundial- se infectó, y 50 millones alrededor del mundo, de los cuales 675 mil habrían estado localizados en EEUU. A diferencia del COVID-19, la tasa de muertes fue más alta en personas entre 18 y 44 años, es decir, económicamente activas.

El análisis de los economistas hace ver que las ciudades y estados que más se vieron expuestas a los efectos de la pandemia, experimentaron un declive en la producción (manufactura), empleo, bienes financieros y consumo de productos durables (autos). La pandemia deprimió la economía de los estados analizados en un 18%. Particularmente se vio afectada la producción de bienes, pues se redujo tanto la oferta como la demanda.

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Según se señala, la pandemia afectó la demanda por la reducción de consumo de los hogares, ya que la distancia social reduce el gasto en bienes que requieren un intercambio de persona a persona. Las personas, observado que tendrían menores ingresos a futuro, habrían comprado menos, en especial sobre bienes duraderos (carros, electrodomésticos). Y la oferta por reducción de fuerza de trabajo, dado el auto aislamiento percibido ante el riesgo a contraer el virus, las restricciones a la movilidad, la enfermedad y la elevada mortalidad.

Finalmente, se deprimió la inversión en nuevos negocios. Aunque se considere que los bancos podrían tener un papel importante posterior a la pandemia, ante la necesidad de liquidez del mercado, el shock de las pandemias genera mayor impago en créditos, conduciendo con ello a una reducción en la facilidad de otorgarlos. 

En ese sentido rescatan la utilidad de las INF porque a pesar de que la economía ya se vea deprimida, permiten orientar a la gente sobre las medidas de salud y salvaguardar la vida.

En ese orden de ideas, las ciudades que emitieron rápidas y severas medidas de aislamiento generaron un incremento en el empleo de manufactura, la producción manufacturera y los bienes financieros en los Estados de las que fueron parte. El alcance de estas medidas y su impacto en la economía puede resumirse en el siguiente enunciado: reaccionar 10 días antes a la llegada de la pandemia a una ciudad, repercutió en un incremento de hasta un 5% de empleo en el período posterior, y una mayor extensión en las restricciones de movilidad de 50 días repercutió en un crecimiento del empleo de hasta 6.5% de los Estados después de la pandemia.

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Aunque no se tenga detalle de la forma en que las medidas de aislamiento mitigan las adversidades económicas en una pandemia, sí se logró comprobar que medidas de aislamiento agresivas y prolongadas limitan los efectos disruptivos de esta en la economía. Limitan además la mortalidad inmediata (aplanando la curva) como la de largo plazo, pero también aplanan la curva del impacto económico.

Los autores indican que la evidencia analizada tiene paralelismo con la crisis causada por el virus Covid-19, Los países que implementaron medidas inmediatas, tales como Singapur y Taiwán, no sólo han limitado el avance de la enfermedad, sino también han limitado los impactos económicos más grandes de la pandemia.

Los datos

Los autores construyeron un set de datos regionales (midiendo ciudades para analizar las INF, y Estados para evaluar las variables económicas) [1] para comprender el impacto que la mortalidad por influenza causó en distintas variables de la actividad económica, y cómo la incursión de la las intervenciones no farmacéuticas[2] impactaron esta relación, a través de un modelo de regresión lineal. Para valorar el impacto de las INF en la mortalidad y en la economía, el estudio consideró la velocidad en la implementación de medidas[3] y la cantidad de días que duraron las mismas.

Sus hallazgos dicen que una alta exposición a la mortalidad tiene relación con un significante descenso en el empleo manufacturero, según lo muestran datos recabados entre los años 1914 y 1919. Una mayor exposición a la influenza tiene un efecto estadísticamente significativo en la actividad manufacturera.

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En cuanto a los impactos para el sector financiero, muestran que los bienes bancarios en el período de 1917 a 1919 evolucionaron de forma paralela. Después del brote de influenza de 1918, los estados mostraron un gradual, pero consistente, descenso en los bienes bancarios, pues hubo una reducción en la demanda de crédito, dado el descenso de la actividad económica.

En lo relativo a gastos en bienes duraderos, se analizó la relación entre la mortalidad y el gasto en bienes duraderos. Observaron que un aumento en la mortalidad tiene un impacto directo en el descenso de la cantidad de vehículos registrados, al comparar las regiones con más mortalidad y las que menos tuvieron. Es simple, pero a la vez revelador: la mortalidad deprime el mercado.

Una vez probado ese argumento, los autores estudiaron el efecto de las INF implementadas para reducir la viralización y mortalidad de la influenza pero, además, en el desempeño de la economía. Al observar los datos, logran concluir que las INF pueden mitigar disrupciones económicas más fuertes. Es decir, aunque interrumpan la actividad económica corriente, la interrupción es menos larga y extensiva que sin medidas de aislamiento, ya que exponen a la población a una mayor mortalidad.

La evidencia mostró que la implementación de INF se asoció con la reducción de la transmisión de la enfermedad. En particular, en aquellos casos en que la decisión fue pronta (antes de que la Influenza llegar a la localidad) y con intervenciones más agresivas de aislamiento. A esto, no obstante, hay que agregar la variable de ubicación de la ciudad. Esto pues la pandemia atacó al país de este a oeste, por lo que las ciudades del este vieron la afección de la crisis antes y de forma más severa, al no haber una respuesta federal.

En el modelo demostró una correlación positiva entre el crecimiento económico y las medidas de contención no farmacéuticas: las medidas incrementan la actividad económica en lugar de reducirla. Por ejemplo, una desviación estándar sobre la media de la aplicación de medidas de aislamiento prontas y prolongadas, implico hasta un crecimiento de 6% en el empleo posterior de los estados que las implementaron.

En cuanto a los resultados y saldos bancarios, la aplicación de medidas de contención celeras y prolongadas también muestran una correlación con el crecimiento de bienes bancarios, según lo muestran datos entre los años 1918 y 1919. El año posterior a la pandemia, hubo un repunte de bienes bancarios en aquellas ciudades que tuvieron más largas y prolongadas medidas de aislamiento, al punto que una desviación estándar de la media de días de aislamiento generó un crecimiento de hasta 7.5% de crecimiento al sector bancario posterior a 1918. Esta variable puede indicar un crecimiento en el consumo y en la inversión directa, se señala.

En conclusión

Por lo anterior, los autores afirman que la pandemia conduce a una acelerada y persistente caída en la actividad económica, pero las ciudades que implementan INF de forma acelerada y prolongada, no tienen mayores caídas que las que no las aplican, sino por el contrario, tienen mejores resultados en el crecimiento de la actividad manufacturera y bancaria que aquellas que no actúan. Las medidas de intervención no farmacéuticas no sólo reducen de la mortalidad, sino también los impactos en la economía, permitiendo un constante crecimiento económico posterior a la misma, según se señaló.

Muchas lecciones quedan así para Guatemala. Se actuó pronto, ganando tiempo y evitando un impacto como el visto en otros países. Ahora toca hacerlo de forma agresiva, siguiendo el ejemplo retratado en la investigación. Medidas de INF más prolongadas, acompañadas por asistencia financiera a poblaciones que subsisten del intercambio económico que requiere contacto personal, no sólo podría salvar al país de una crisis humanitaria, sino también podría permitir una reactivación económica más rápida como lo muestra la experiencia que ciudades y estados de EEUU tuvieron en la epidemia de influenza de 1918.


[1] Para medir la producción y consumo manufacturero, usaron datos del Census Bureau´s Statistical Abstracto of the United States, basado en el censo manufacturero. Los datos bancarios fueron tomados del sitio de Flood, titulado Historical Statistics on U.S. Banking, basado en los anual Reports of the Comptroller Currency.
[2] Para los datos de las medidas sanitarias, usaron el documento de Markel et al (2007) que recogió información de las principales 43 ciudades de Estados Unidos, basadas en boletines, periódicos y reportes de la pandemia. La mayoría de medidas consistieron en la prohibición de eventos masivos, aislamiento y cuarentenas.
[3] Estimada en el número de días en que las muertes crecieron exponencialmente respecto a la línea base de influenza y neumonía, y el día en que la medida de aislamiento fue implementada.
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